Las reformas de una vivienda pueden resultar bastante costosas, sobre todo si se destinan a realizar grandes reparaciones o remodelaciones estructurales. Puesto que a día de hoy es complicado contar con los ahorros suficientes para meterse en faena, muchas personas se ven obligadas a buscar financiación para pagar a plazos el coste de las obras.
Actualmente podemos encontrar varias opciones como los préstamos personales o las ampliaciones de hipoteca para conseguir dinero para poner una vivienda a punto. Sin embargo, estas no son las más recomendadas debido, principalmente, a los elevados intereses de los primeros y las grandes dificultades a la hora de negociar con un banco para llegar a un acuerdo de ampliación de hipoteca.
No obstante, queda una alternativa mucho más viable que consiste en hipotecar la vivienda y ahorrar intereses. Esta operación recibe el nombre de préstamos con garantía hipotecaria.
Préstamo con garantía hipotecaria para reformas
Un préstamo con garantía hipotecaria para reformar una casa es una solución financiera cuyo principal requisito para solicitarlo es contar con un inmueble en propiedad. Este puede ser la misma vivienda que se desea reformar u otra propiedad que se encuentre a nombre de un familiar o amigo.
Para llevar a cabo esta operación es muy importante asegurarse de que la propiedad esté libre de cargas o que al menos quede muy poco por pagar. Solo de este modo será posible solicitar el capital necesario para las obras con las mejores condiciones. Un importe que dependerá de la tasación del inmueble que se presente como garantía.
El único riesgo al que se expone el cliente es al de no poder afrontar el pago de las cuotas, lo cual supondría la pérdida de la vivienda que se entrega como garantía hipotecaria.
Solicitar préstamos con garantía hipotecaria para reformas de viviendas
Los préstamos con garantía hipotecaria para hacer reformas son concedidos por empresas de capital privado. El procedimiento para solicitarlos es bastante sencillo y, a día hoy, muchos se realizan incluso online en menos de una semana.
La documentación requerida para pedir un préstamo con garantía hipotecaria es muy básica y rápida de conseguir. Basta con entregar un DNI o documento de identidad, el IBI de la propiedad que se va a entregar como garantía y un comprobante de ingresos estable (nómina, alquileres, rentas, jubilación, etc.)
Una vez que se realiza la solicitud a un prestamista privado y se le envía la documentación, el estudio de viabilidad de la misma se ejecuta en un plazo de unas 24 horas. De forma paralela se lleva a cabo una tasación de la propiedad con el fin de definir el importe de dinero que se puede pedir.
El siguiente paso consiste en negociar las condiciones del préstamo con garantía hipotecaria para reformas, es decir, la cuantía total y los plazos de devolución. De acuerdo con ellas, la firma del préstamo se lleva a cabo ante notario y la recepción de dinero se produce rápidamente en la cuenta bancaria indicada.
Por lo general, cuando se cumplen con todos los requisitos establecidos, las empresas de capital privado llegan a ofrecer hasta el 40% del valor de la propiedad en garantía y la posibilidad de devolver el dinero en un plazo de entre 1 y 20 años con una tasa de interés variable no muy elevada.
Una de las mayores ventajas de estos préstamos con garantía hipotecaria es que se obtiene liquidez de forma rápida, sencilla y transparente para hacer reformas en una vivienda. Sin justificar, además, a qué se va a destinar el dinero: si a remodelar baños o cocina, arreglar el jardín o cambiar los muebles, suelos y puertas.
Sin duda, estos préstamos son la mejor opción financiera para pagar los costes de una obra en el hogar, la cual además aumentará de forma inmediata el valor de la propiedad si se desea venderla en el futuro. También lo son cuando se busca liquidez para mejorar el estado de un piso de alquiler o casa de vacaciones para aumentar su rentabilidad. Y, por supuesto, para hacer frente a los gastos de remodelación que puede suponer una vivienda heredada